lunes, 6 de febrero de 2006

De Pe-culiaridades. (Inédita)

La globalización hace que los mercados sean cada vez más parecidos en las grandes líneas, pero de una manera u otra, los países se las ingenian para preservar características que los mantienen únicos. Detectar esas peculiaridades es importantísimo para el hombre de marketing pues allí se esconden oportunidades para las marcas. Ejemplos: los chilenos son adictos a la mayonesa, los ecuatorianos se odian entre serranos y costeños, etc.

En Perú por ejemplo, cualquier gringo que venga a manejar una marca tendrá que entender nuestro fanatismo por la comida. No es sólo que nos guste comer bien, adoramos el tema! Hablamos todo el día de comida. Incluso mientras estamos comiendo! Hablamos de cómo se hace, de quién la hace, de dónde se hace.

Y no sé si lo ha notado, pero tenemos la extraña manía de hablar de la post-comida. Del resultado gástrico. A ver… cómo decirlo en buen cristiano… hablamos bastante de nuestras cacas.

Ponga atención a cualquier reunión de peruanos y no faltará quien comente que está “mal del estómago”, que “algo le cayó pesado” o que “está dedicado al viril deporte del ciclismo” (anda con ‘la bicicleta"). Y los que son explícitos –sin ninguna vergüenza- describen frecuencias, texturas, colores y otros detalles “caquísticos”.

En serio! Hablamos de cacas, que no es lo mismo que andar hablando ‘cacas’. ¡Es un tema supremamente importante para todos nosotros! ¿Por qué? Quizás se deba a nuestra gran afición a la culi… naria, digo yo.

Claro, porque si estás con la “guacha floja” no puedes comer bien! Y si no puedes comer bien en el Perú, pues eres un excluido social: nada más triste que alguien hablando de dietitas de pollo y galletitas de soda; pobrecito, no?

Volviendo al mercado, ¿no es esta una tremenda oportunidad para los laboratorios? (¡O para los detergentes!)

Yo tengo una persona cercana (mantengámoslo anónimo) que sufre unas diarreas espantosas y frecuentes. La ciencia no ha podido hacer nada por él. Pero él ha descubierto la cura, saben en donde: en el Pisco! Cuando está “malito” se mete un par de acholados y al día siguiente… como nuevo!

¿Y si resulta que, así como el vino chileno tiene sus “taninos” que hacen que una copita al día sea buena para el corazón, el Pisco peruano tiene sus “corchinos” que detienen cualquier diarrea? Para la presión: un wiskicito. Para las fugas de presión: un pisquito! ¿Y si uno al día resulta preventivo? ¡Disparamos el consumo!

Ahí les dejo esta pe-culiaridad (con “pe” de Perú y el resto...). Que el Consejo del Pisco invierta en research.

Para terminar, algo escuchado en casa de unos amigos:
- Amor… ¿Hiciste cafecito?
- No, todavía hice ‘verdecito’, pero ya estoy mejorando!

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