miércoles, 25 de abril de 2007

Cómo meter 20 elefantes en un VW.

Demolición-de-la-Casa-Marsano
La respuesta a esta interrogante -que lleva décadas atormentado la mente humana- ya existe. ¿Quieren conocerla? Pues dense una vueltita por Miraflores y San Isidro y vean cómo nuestros hábiles constructores meten 200 grupos familiares completitos donde antes vivía una sola familia.

El reto de los elefantes queda chiquito al lado de esta hazaña ingenieril y comercial, que sin embargo no me convence nadita desde lo arquitectónico, lo urbanísitico y lo humano. Y tampoco me deja muy feliz en términos de negocios, para qué…

Nadie puede oponerse al progreso de la ciudad, pero me parece que quizás no hemos definido bien qué entendemos por “progreso”.

Digo yo: qué progreso existe en tumbarse la Casa Marsano -dizque para construir un Hilton- y terminar un par de años después con un mercadillo de circuitos electrónicos y accesorios de computo en lugar de ese maravilloso palacio.

Por qué demoler la preciosa e irremplazable casona victoriana que estaba en 28 de Julio y Reducto para meter 3 torres sosas, que añadirán más tráfico al ya insoportable tráfico en esa esquina de mi barrio. ¿Eso es progreso?

Y la casa de Benavides y Julián Arias... qué pena!

¡Ni hablemos de los estacionamientos! Entre Angamos y Córdova, donde antes había una cochera por casa, los nuevos edificios ponen 3, 4 o 5 garages directos a la calle: además de no construir estacionamientos internos para visitas, anulan los de la calle. ¿Progreso?

Habiendo tantas casas feas que merecen remplazarse, tantas zonas que necesitan repotenciarse... Por qué no orientar las inversiones a la zona de La Mar, por ejemplo, y remplazar todos esos callejones por edificios modernos. ¡Eso sería progreso!

Tugurizándose a pasos acelerados, San Isidro y Miraflores son los distritos que están más cerca de convertirse en nuevos “Centros de Lima”: intransitables, invivibles. Miopía comercial: siendo los distritos más residenciales con vista al mar (cosa que no tienen ni La Molina, ni Monterrico… ) nos farreamos esa ventaja diferencial distrital para cambiar nuestros barrios de casas grandes y lindas, por comodities verticales de 140m2.

Y todas estas torres, ¿elevarán el valor de mi casita o se lo tirarán abajo? –me pregunto. ¿Cuanto vale hoy un m2 en los alrededores del Cercado?

Si “progreso” significa que un par de tipos (el vendedor del terreno y el constructor) hagan un platal, pues vamos bien. Pero si por progreso se entiende que todos (repito: todos) vivamos en una ciudad más agradable, amigable, segura, y más hermosa, me parece que nuestros alcaldes necesitan un mejor plan.

Porque una cosa es meter 20 paquidermos en un VW, pero que los elefantes estén cómodos y contentos, eso ya es otro cuento.